Algunos apuntes sobre la fiesta del Santo Voto:
La peste negra llegó probablemente en el verano de 1348 a la pequeña localidad de Puertollano, donde la epidemia arrasó a la población reduciéndola de unas 200 familias (unos 1000 habitantes) a tan sólo 13 familias, unos 75 habitantes. Fue entonces cuando los supervivientes hicieron juramento a la virgen de sacrificar una vaca por cada familia superviviente cada año, para así rogar su protección contra la epidemia y la muerte.
“En la era de mil trescientos noventa, año del Señor de 1348, siendo Rey de Castilla e León Don Alfonso XI, e Maestre de la Orden de Calatrava Don Juan Núñez de Prado, llegó a estos pagos la llamada peste negra; e fizo su entrada por el sur, desde Andalucía, como si de una nueva invasión árabe se tratara, cruzando el paso de la junta de los ríos, do el Ojailén y el Fresneda se unen al Montoro para formar el Jándula, asolando las aldeas, e villas e ciudades del Campo de Calatrava”.
También llegó la peste, envuelta con manto negro de muerte e planto, a aquestas tierras de Puertoplano, ansí llamado por estar asentado en el valle estrecho que separa la sierra de Calatrava de la sierra del mismo nombre Puertoplano. E fue tal la mortandad que su población quedó reducida a sólo trece familias, e no más de setenta e cinco habitantes.
“Estando en tan gran aprieto, e agotados todos los remedios que alquimistas e curanderos podían proporcionar, todos los que pudieron acudieron al templo para invocar la protección de la Madre de Dios, e pasaron toda la noche en la oración, e por especial mediación de la Virgen hallaron remedio y consolación... Ansí en renocimiento e gratitud por el celestial amparo facieron Santo Voto en honor de los desposorios de la Virgen con el Señor San José. Aquesta fiesta del Santo Voto es a perpetuidad, a celebrar todos los años el día de la octava de la Ascensión del Señor.
Aquesta celebración ha facerse ansí: se ofrendarán trece vacas, ansí como pan e garbanzos, para la alimentación de los vecinos, e pobres, e a todas las personas que vinieren a honrar e agradecer a Nuestra Señora la Gran Gracia e consolación que fizo a este pueblo e los que que de cortijos e alquerías vecinas vinieron le pedir ayuda e sanación”.
Ansí también, reinando, Doña Isabel, a la sazón Reina de Castilla, e Don Fernando, a la sazón Rey de Aragón, siendo Maestre de la Orden de Calatrava Frey Don Garcí López de Padilla, los vecinos de la Encomienda de Puertollano, sé hobieron en gran aprieto en el año 1486, cuando otra nueva peste venida de Andalucía asoló aquestos campos de Calatrava, e mucha gente moría, e por lo mesmo acudieron al común Amparo de pecadores e afligidos, María Santísima e Madre de Dios, a la cual votaron facer una ermita e fueron en procesión a señalar el sitio e luego que lo señalaron cesó el contagio e mortandad. Aqueste sitio es situado a la entrada del valle llano que da nombre a equesta ciudad, en un paraje llamado el bosque.
“E ansí el dicho voto se cumplió el año 1489 en que se fizo una ermita de piedra e de gran solidez, e allí se venera la imagen de la Virgen de Gracia. E desde aqueste año se unieron el Santo Voto e la devoción a la Virgen de Gracia, Madre y Patrona de la ciudad. E como dice la tradición oral, transmitida de padre e hijos, el Santo Voto fecho a la Virgen por nuestros antepasados está tan unido al alma del pueblo que nada ni nadie pudo lo arrebatar del corazón de sus habitantes”.
La ollas fueron de barro hasta 1942 cuando se sustituyeron por las calderas metálicas.
Juan Grande “El Ollero” (último alfarero: murió en 1925), voceaba en la puerta de su taller donde situaba un tenderete los “pucheros del Voto” que había elaborado unos días antes. Estos pucheros servían para recoger la “ración de comida”.
La costumbre de pasear una vaca con atalajes y adornos por las calles del pueblo para dar suerte y recaudar donativos, nació tras otras epidemias. Esta costumbre desapareció en la Guerra Civil y se rescató posteriormente con la Democracia.
Tampoco el guiso de carne con patatas fue únicamente de carne de vaca. Se le añadió de otras carnes de ganado pero también arroz y garbanzos y era mucho más especiado. No se hizo siempre con leña de encina. Durante un tiempo, era costumbre que se hiciera con carbón, donado por las empresas mineras y se hacía el guiso en ollas de barro.
Poemilla popular del Voto:
¡Oh casa del ollero,
tan llenita de cacharros,
que cuando llega el Voto,
con tus pucheros vamos!
En la Plaza de la Ermita,
se han puesto las hogueras,
se han colocao las ollas,
y se ha echao la ternera.
Todos con los pucheros estamos,
esperando con la calor,
que nos echen un poco de guiso,
y nos den un bollo o dos.
OTRAS CURIOSIDADES DEL SANTO VOTO:
1) Durante los primeros siglos el dinero con el que se hacía frente a los gastos de la fiesta del Voto, provenían en su totalidad de donaciones y limosnas que ofrecían los ciudadanos y de lo recaudado mediante el paseillo de la vaca por los barrios de la ciudad y los pueblos limítrofes. Es una fiesta de carácter popular.
2) A finales del XIX es cuando la administración local toma las riendas de la fiesta e introduce una serie de medidas para la organización y el reparto de la comida. La fiesta se convierte en clasista y poco democrática.
3) Durante muchos años las lumbres del Voto se hacía con el carbón que las empresas mineras donaban al Ayto para su celebración.
4) La comida del Voto tiene como ingrediente principal la carne de vaca, aunque ha habido algunas variaciones a lo largo de la Historia: la carne se mezcló con garbanzos, arroz y patatas.
5) Un último retazo de la tradición dice que cuando el duque de Medinacelli visitó Puertollano en el siglo XVIII para conocer su famosa agua ferrosa (por aquel entonces con utilidad terapéutica), un panecillo del Santo Voto bendecido por el párroco de la ermita de la virgen de Gracia curó a su cochero de la peste.